El rol del cuidador
Tiempo de lectura: 2 minutosJuan Carlos Salazar Jiménez/Psicólogo Confa
Se define cuidador a la persona que se encarga de ayudar en las actividades básicas, en la vida de una persona (adulto mayor, enferma o con discapacidad), que no puede desempeñarse o valerse por sí misma. O que por indicación médica, requiere de compañía permanente.
Usando este término de cuidador, nos centramos en el rol que se tiene cuando un familiar está hospitalizado o tiene hospitalización en casa. O está, habitualmente en el hogar, debido a indicaciones médicas.
Cuando una persona se hospitaliza el mundo cambia de inmediato, el ritmo cotidiano, toda la vida cambia: hábitos alimenticios, rutinas terapéuticas, horas de medicamentos, sueño, además, el mundo emocional se altera.
Respuestas de ansiedad y estrés son generados por el diagnóstico y la proyección del tratamiento. Esto es inherente al proceso de hospitalización. Por ende, el cruzar la puerta de una clínica, conlleva implícito una sensación de temor, una perspectiva de esperanza, y de que todo va salir bien.
El rol del cuidador empieza cuando el familiar está hospitalizado o en casa, y su función es acompañar, entender, comprender y establecer la nueva dinámica de vida de la persona.
El cuidador debe estar preparado para detener su rutina diaria y adaptarse a las nuevas situaciones. Su papel es fundamental en la recuperación de la persona. Romper la rutina es necesario, conversaciones correctas, fortaleza para estar, puede ayudar a que la persona hospitalizada, este bien, tranquila y tenga confianza.
Al estar internado, el cuidador, debe asumir su responsabilidad con su salud. Debe equilibrar la carga emocional, controlar su alimentación, saber cuándo salir y caminar. Debe cumplir un papel fundamental entre el médico, el tratamiento y lo que debe comprender el paciente y la familia, ósea, es el canal que explica en sus términos a la familia todo lo que está pasando.
Hay unas reglas precisas para ser cuidador:
- Modular su aspecto emocional para poder ayudar a contener situaciones complejas.
- Direccionar todos los comentarios que hace la familia, para ser coherente con lo que dice el personal médico respecto al tratamiento.
- Tener una alta dosis de paciencia para equilibrar cargas emocionales.
- Direccionar pensamientos negativos hacia pensamientos positivos.
- Abrir un gran canal de amor para organizar o estabilizar todos aquellos cambios que por enfermedad puedan mejorar o no mejorar la salud de su familiar.
- Estar pendiente del aseo, cuidado personal, asistencia en movilidad (según indicación médica), alimentación de su familiar.
- Aprender a manejar los silencios y la manera como se conversa en la habitación.
- Tener momentos para descansar, saliendo de la habitación para cambiar de ambiente.
- Comer de manera adecuada, pues se evita que el cuidador se vuelva un factor estresante y de preocupación de su familiar.
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