En Colombia, miles de niños y niñas en edad preescolar no tienen acceso a instituciones educativas formales, lo que limita sus oportunidades de desarrollar habilidades esenciales como la lectura y la escritura. Para responder a esta necesidad, se diseñó Aventura en el Manglar, un juego educativo que permite a los niños aprender de manera divertida y significativa, en compañía de sus familias y comunidades.

Esta herramienta fue posible gracias al trabajo articulado de Confa, Fundación Luker, UNICEF, Fundación Aprender a Quererte y Fundación Cucú, dentro de la iniciativa Colombia se escribe leyendo, alianza por la alfabetización inicial. Su diseño responde a una realidad clara: la falta de recursos pedagógicos adaptados a las necesidades de la primera infancia en contextos vulnerables.

El aporte de Predictores de Aprendizaje: experiencia e innovación en educación inicial

El programa Predictores de Aprendizaje, con más de 16 años de trayectoria en la educación inicial, ha sido un pilar fundamental en el desarrollo de esta estrategia. Su experiencia ha demostrado que los niños en transición deben tener bases sólidas en lectura y escritura, permitiéndoles avanzar con mayor confianza en los siguientes grados. En Caldas, este modelo rompió el paradigma de que la educación inicial debía enfocarse solo en el juego, estableciendo que, a los 5 años, los niños deberían ser capaces de leer al menos ocho palabras y realizar operaciones matemáticas simples.

Con este conocimiento, Predictores de Aprendizaje, programa de la Caja de Compensación Familiar de Caldas, Confa, aportó desde la metodología para diseñar una herramienta lúdica que facilitara estos aprendizajes. A través de un proceso detallado de evaluación, planificación y validación, se creó Aventura en el Manglar, un juego basado en la estructura de una gran escalera con tres mundos (Agua, Tierra y Aire), donde los niños avanzan superando retos que fortalecen sus habilidades de lectura, escritura y asociación de conceptos.

Además, se incorporó un enfoque de trabajo con las familias, respondiendo a una de las principales conclusiones de UNICEF tras su visita a Manizales: la necesidad de involucrar a los padres y cuidadores en la educación de sus hijos. Así, el aula se extiende al hogar y cada momento de juego se convierte en una oportunidad de aprendizaje.

Jugando y aprendiendo juntos: la Jugatón de UNICEF

Gracias a este esfuerzo conjunto, la iniciativa se ha expandido a diferentes regiones del país, llegando a comunidades en condiciones de vulnerabilidad. En Caloto, Cauca, más de 60 personas, entre niños, niñas, padres y cuidadores, participaron en la Jugatón con UNICEF, un evento en el que pudieron experimentar de primera mano los beneficios del juego como herramienta educativa.

Uno de los aportes más importantes de esta estrategia es la participación activa de los padres de familia. Históricamente, los primeros grados educativos se enfocan solo en el juego y dinámicas blandas, sin considerar el desarrollo estructurado de habilidades de lectura y escritura. Con esta iniciativa, se busca extender el aula de clase hasta el hogar, haciendo que cada momento de diversión se convierta en una oportunidad de aprendizaje.

Como resultado de esta experiencia, los profesionales de Confa tuvieron una participación clave en el desarrollo del juego. Gracias al reconocimiento de Predictores de Aprendizaje y su enfoque profesional, lograron articular el trabajo con todos los involucrados, materializando esta herramienta para llegar a las poblaciones más alejadas y vulnerables del país.

Hacia una educación más inclusiva y efectiva

La articulación entre instituciones y la implementación de estrategias como Predictores de Aprendizaje, se está logrando una transformación en la educación inicial, permitiendo que miles de niños en Colombia y, principalmente, en Caldas, accedan a herramientas innovadoras que potencien sus habilidades desde una edad temprana.

El aprendizaje a través del juego, sumado a la participación familiar y el acompañamiento docente, es una apuesta por la equidad educativa y la formación de niños y niñas con bases sólidas para su futuro. Con estrategias como esta, se demuestra que la educación en la primera infancia no solo es posible, sino que puede ser una experiencia significativa y enriquecedora para toda la comunidad.

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