El último tramo de la vida
Otoño de la existencia, cosecha de la vida
Oscar Echeverri, MD, EMPSP, ScD
Navegando la vida
La vida es un viaje en el mar del tiempo. Sabemos cuándo y dónde comienza, pero es incierto cuándo, dónde y cómo termina. La acomodación en la nave que navegamos puede ser de 1a, 2ª, o 3ª categoría dependiendo de quiénes son nuestros progenitores. Esa nave es la sociedad que nos tocará vivir a lo largo de la travesía. De principio a fin, en el viaje estamos aprendiendo cómo vivir hasta el final de la vida guiados por la familia, el kínder, la escuela, el colegio, la universidad y el lugar de trabajo (o empresa). Otra escuela de aprendizaje es la cubierta de la nave, que equivale a “la calle” (la escuela de la vida) en la que podemos aprender mil cosas buenas y otras no tan buenas. Generalmente, con la jubilación o retiro del trabajo se acaba esa estructura institucional para el aprendizaje (escuela, colegio, universidad, empresa, etc.); pero podemos continuarlo de manera autodidacta, o eventualmente, con experiencias seleccionadas de educación que siempre quisimos tener pero no las pudimos lograr por alguna dificultad o limitante. Después de los 70 años de vida el viaje se torna muy incierto, pues la nave en que navegamos por la vida tiene pocas instituciones que nos preparen para ese tramo final del viaje, sobre el cual no sabemos cuándo, dónde y cómo termina.
EL REBAÑO HUMANO ESTÁ CAMBIANDO
La población mundial está envejeciendo rápidamente (debido en gran parte al progreso en la salud pública más que en la medicina). En el siglo pasado, la esperanza de vida al nacer de una mujer aumentó casi 50 años (de 33 a 82 años) y de 1980 a hoy, se duplicó el número de personas con 60 años o más. Los cambios en la estructura de la población ya son un acontecimiento extraordinario: Pronto habrá más personas mayores que niños en el mundo. A medida que envejecen, las personas mayores van limitando su vitalidad y perdiendo autonomía, con importantes consecuencias en la planeación urbana, los servicios médicos y sociales. Estos deben propiciar fuertemente hábitos saludables desde temprana edad para asegurar un envejecimiento sano.
La vida después de los 60
El paso a la madurez (60-75 años) es complejo. Hay cambios en el papel que jugamos en la sociedad y por esto, la manera como la sociedad nos mira ha creado estereotipos negativos. Además experimentamos cambios significativos en el organismo tanto en lo físico, como en la esfera cognitiva, psicológica y emocional.
CÓMO VIVIR EL ÚLTIMO TRAMO DE LA VIDA
Un hecho inexorable es que la nave en que navegamos la vida no nos ofrece guía para desembarcar. A pesar de los avances en cuidados médicos en la vejez, no es fácil encontrar ayudas sobre cómo vivir los últimos años que quedan en la vida. La curva de aprendizaje que hemos recorrido a lo largo del viaje se suspende abruptamente al llegar la jubilación o el retiro, a menos que cada quien encuentre la manera de aprender a vivir ese tramo desconocido que es el fin de la existencia. Sin pretender ser exhaustiva, la siguiente es una propuesta para enfrentar ese último tramo de la vida del que no sabemos cuándo, ni dónde ni cómo termina.
Consejos para saber envejecer
De un correo de internet extracté algunos consejos que considero equilibrados y comedidos:
- Cuida tu presentación día a día. El baño diario, la ropa y tú oliendo a limpio, a buen gusto. Que al verte, se alegren tu espejo y los ojos de los demás.
- – No te encierres en tu casa. Visita amigos y familiares .Descubre tu ciudad, visita el campo… El agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece.
- – Haz del ejercicio físico tu gran hobby. Despégate de la cama y del sillón. Un rato de gimnasia, una caminata, regar las rosas… La pasividad debilita, la actividad fortalece.
- – Evita actitudes y gestos de viejo derrumbado. Que la gente diga: “¡Qué bien cuidado el señor!, ¡qué guapa la señora!” las canas… ¡se lucen! las arrugas… se esfuman con una sonrisa!
- – No hables de tu edad ni de tus achaques reales o imaginarios. A la gente no le gusta oír historias de hospital. Cuando te pregunten ¿Cómo estás?, contesta: ¡bien, gracias! ¡Mejor que ayer!
- – Cultiva el buen humor cada día. Sé positivo en los juicios, alegre y amable con los demás. El corazón no envejece… el cuero es el que se arruga.
- – Trabaja con tus manos y con tu mente. Una ocupación artesanal, un rato de lectura, de música, de TV…Aprender… aprender hasta el fin da más vida.
- – Conserva vivas y cordiales las relaciones con los demás. Convive sin inmiscuirte en los problemas e los demás, a menos que te pidan un consejo. “Ver, oír y callar.”
- – Trata de ser útil a ti mismo y a los demás. Bástate a ti mismo hasta donde sea posible, ayuda con una sonrisa, un consejo, un servicio. “Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja”.
- -No pienses que “todo tiempo pasado fue mejor“. Navegar la vida siempre será inolvidable “Vida: nada me debes. Vida: nada te debo. Vida: estamos en paz.” Rubén Darío.
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