Sueños de bienestar que paso a paso se hacen reales
Bien dicen que el impulso que dan las madres es incondicional, casi mágico y lleno de una energía que nadie en el mundo la tiene, quizás sin ese “empujón” Johan no hubiera hallado dentro sí esa chispa de vida para crecer como persona y profesional.
Esta es una historia de familia, de cómo aprovechar la ayuda para no quedarse estancado, de cómo a pesar de las dificultades es posible soñar, de las condiciones de la vida que llevan a verla como una oportunidad, de empresas que abren sus puertas para contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de las familias.
Johan Sebastián Obando y su familia viven en San Cayetano, este joven de escasos 18 años la describe como una familia unida y feliz. Desde muy niño enfrentó el ser diferente, algo a lo que se acostumbró fácilmente, “mi mamá me dijo que no me debía acomplejar de nada, yo jugué fútbol, corrí, hice de todo sin problema”, para este joven la prótesis de su pierna hace parte de su cuerpo. Esta familia hizo parte del programa Confamilias Solidarias de Confa, y manifiesta Johan “fue una gran oportunidad para la nosotros”.
Estando en el programa Johan culminó su bachillerato en el Instituto de Educación de Confa, algo que hizo, como él lo dice “por cumplirle a la mamá”. Como toda mamá, esta mujer no desfalleció en la ilusión de ver a su hijo estudiar y por eso lo impulsó para realizar un Técnico en Sistemas, una opción que no le gustó mucho al joven, pues debía estudiar todos los días y ser muy responsable, pero pudo más el amor de madre “yo por ver a mi mamá feliz, hago lo que sea, y entré a estudiar”, expresa Johan con palabras firmes.
Confa desde el programa Confamilias promueve la consolidación de los sueños de bienestar y ayuda para abrir caminos que favorezcan estos sueños, y aunque Johan en primera instancia no le vio un beneficio visible al estudio, luego comprendió que fue el mejor camino que pudo elegir.
Johan es bachiller y ahora trabaja en Mabe donde realiza su práctica de Técnico en Sistemas, esta empresa le abrió las puertas para demostrar lo aprendido y además tener la posibilidad de aprender de otros.
Para él trabajar en Mabe es una gran emoción, todos los días llega con la disposición para hacer su trabajo de la mejor manera. “En esta empresa me he hecho más responsable, he aprendido de mis compañeros y mantengo ocupado haciendo algo productivo”.
Para Johan es fundamental ayudar en casa, “debo colaborarle a mi mamá, a ella le toca muy duro”, y con esta práctica lo he podido hacer, yo ya no le pido a mi mamá y por el contrario le ayudo y me siento muy bien”.
Y es precisamente lo que busca Mabe cuando facilita el ingreso de estos jóvenes a realizar prácticas o incluso de miembros de la familia que son cabeza de hogar a trabajar en sus instalaciones, según Darwin Suárez Cifuentes, Líder de Gestión Humana en esta empresa, “es una manera de contribuir a que las familias salgan adelante, hace parte de la responsabilidad social de la empresa”.
Su sonrisa permanente hace percibir que vive tranquilo y que le apasiona el rumbo que tomó su vida y ahora tiene un proyecto de vida, él quiere ser Ingeniero “para eso tengo que dedicarme y poner todo mi esfuerzo, así me toque trabajar de día y estudiar de noche, toca buscar el tiempo”, manifiesta convencido de su meta.
Johan sabe que el impulso de su madre fue mágico, sin embargo, afirma que: “sin Confamilias yo no hubiera hecho nada, me ayudaron a enfocarme”.
Han sido pasos que la familia ha dado en la búsqueda de sus sueños de bienestar, los mismos que han estado acompañados por Confa para ayudarles a despejar el camino, pero sin lugar a dudas, sin el esfuerzo y el compromiso de la familia no sería posible ver frutos.
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