Caminar en la naturaleza hace bien a todos
Una caminata por un sendero verde, entre árboles, ríos o montañas, no es solo un paseo: es una manera de cuidar el cuerpo, despejar la mente y conectar en familia. Para los adultos mayores, caminar en la naturaleza se convierte en una experiencia vital que aporta salud, alegría y cercanía con quienes más quieren.
Cuando se habla de bienestar, a veces se piensa en grandes cambios o rutinas complicadas. Pero hay algo simple y poderoso que está al alcance de todos: caminar. Y si esa caminata es al aire libre, en un entorno natural, los beneficios se multiplican. No se trata de hacer grandes recorridos ni tener equipos costosos. Basta con unos buenos zapatos, agua, compañía y disposición para disfrutar.
Beneficios físicos: moverse con propósito
Para los adultos mayores, el ejercicio físico moderado y constante es clave para mantener la salud. Caminar ayuda a:
- Mejorar la circulación y fortalecer el corazón.
- Proteger las articulaciones al moverlas suavemente y sin impacto fuerte.
- Mantener la musculatura activa, especialmente en piernas y espalda.
- Prevenir caídas, gracias al trabajo del equilibrio y la coordinación.
- Regular el azúcar y la presión arterial, al activar el metabolismo.
Beneficios emocionales: respirar y reconectarse
Salir al campo o al parque también tiene un impacto profundo en el bienestar emocional:
- Reduce el estrés y la ansiedad. El solo hecho de ver verde, escuchar pájaros o sentir el aire limpio cambia el estado de ánimo.
- Disminuye la sensación de soledad, al compartir el paseo con otras personas o simplemente al estar en un entorno vivo.
- Mejora la concentración y la memoria, gracias a que el cerebro se relaja y se oxigena mejor.
- Aumenta la sensación de gratitud y conexión, al experimentar la belleza natural con calma.
Muchos adultos mayores sienten que en estos espacios pueden respirar hondo, hablar con tranquilidad, recordar, reír o simplemente estar en paz. Y si se hace en familia, la caminata se convierte en un momento especial de encuentro intergeneracional.
Sábado de Caminata
Es por ello que Confa, a través del programa Años Vitales, se llevará a cabo la actividad Sábado de Caminata, dirigida a personas mayores de 55 años y su familia, el 26 de julio a las 7:00 a.m. Saliendo desde el Parque Faneón (Transporte para llegar al punto de salida de la caminata).
La Ruta
- El destino será el Charco El Argel, después del siguiente recorrido:
- Lusitania – La Florida – Quebrada El Argel – Balastrera – Lusitania.
- Distancia: 5 km aprox. Duración: 2h. 30 min. Aprox. (Con actividades y disfrute del charco)
- Nivel: bajo
- Características: Carretera pavimentada y destapada. No presenta ningún grado de dificultad.
- La actividad incluye: refrigerio, paramédico, guía y acompañamiento de profesionales Confa
Tarifas
Según categoría de afiliación:
- Categoría A: $14.000
- Categoría B: $21.000
- Categoría C: $49.000
- Particular: $54.000
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Tips para una buena caminata
- Preparar lo básico:
Ropa cómoda, gorra, protector solar, zapatos cerrados antideslizantes, y una botella con agua. Si hay dificultades de movilidad, bastones de apoyo o caminatas más cortas también son válidas. - Escuchar el cuerpo:
No hay que competir ni apresurarse. Lo importante es disfrutar el ritmo propio, hacer pausas, sentarse si es necesario y no excederse. - Hacerlo acompañado:
Una caminata con hijos, nietos o amigos la transforma en una actividad de conexión. También puedes unirte a grupos locales que organizan caminatas comunitarias. - Llevar algo liviano para comer:
Una fruta, una barra de cereal o frutos secos pueden recargar energías si la caminata es más larga. - Disfrutar con todos los sentidos:
Observa, escucha, huele… No es solo caminar. Es notar lo que pasa alrededor y abrirse a sentir.
Para las familias: una oportunidad de unión
A veces no sabemos cómo compartir tiempo con nuestros mayores. Una caminata es una forma sencilla y bonita de hacerlo. Se puede conversar, contar historias, reírse, hacer fotos, o simplemente caminar en silencio.
Al final de una caminata al aire libre suele llegar una sensación muy especial: el cuerpo está más liviano, la mente más tranquila, el corazón más contento. No se trata de llegar lejos, sino de conectar. Con uno mismo, con la naturaleza, y con quienes caminan a nuestro lado.
Caminar en la naturaleza no es solo un paseo: es una forma de vivir mejor, de cuidarnos mutuamente y de recordar que, a cualquier edad, aún hay mucho por recorrer.
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