Un encuentro con mujeres, para reconocer y transformar

En el mes de febrero, el Centro Recreacional Santágueda se convirtió en el escenario de un espacio profundamente transformador: Ámate +, encuentro de mujeres. Este momento reunió a 23 participantes, gracias a la colaboración de la Fundación Camino de Vida y la psicóloga Yuliana Gómez, quienes lideraron un taller dedicado a la reparación emocional a través del arte del Kintsugi.
El Kintsugi, una antigua técnica japonesa que repara cerámica rota con oro, plata o platino, simboliza la belleza de las cicatrices y la resiliencia. Al igual que en este arte, donde las grietas se transforman en líneas doradas que embellecen la pieza, las participantes aprendieron a reconocer y valorar sus propias imperfecciones, entendiendo que cada experiencia, incluso las dolorosas, contribuye a su fortaleza y singularidad.
Además, el grupo de facilitadoras de Programas Sociales de Confa, llevaron a cabo un taller movilizador centrado en el cuidado integral del ser. Este taller promueve acciones que fomentan el bienestar y el crecimiento personal desde su rol como mujeres, reforzando la importancia de la autoaceptación y el empoderamiento.
Este encuentro no solo ofreció herramientas prácticas para la sanación emocional, sino que también fortaleció los lazos entre las participantes, creando una red de apoyo y solidaridad. Al igual que la cerámica restaurada con Kintsugi, cada mujer reconoció que sus cicatrices son parte de su historia y contribuyen a su belleza y fortalezas únicas.
Con iniciativas como esta, reafirmamos nuestro compromiso de acompañar y empoderar a las mujeres, brindándoles espacios para sanar, crecer y conectar consigo mismas y con otras. Porque en cada historia de vida, las cicatrices son testimonio de resiliencia y transformación.
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