Animales, fuente de compañía
Juan Carlos Salazar Jiménez. Psicólogo Confa
Los animales son compañeros de los humanos desde los inicios, y cada uno de ellos tiene una sociedad establecida, rutinas, funciones, procreación. El humano entendió que ellos, son para él, proveedores, tanto de alimento como de compañía.
Esta actividad de interacción Humano – Animal, busca una “interacción emocional”, la cual pone como el eje el compartir, el cuidar, el dar, el recibir, el sentir, y el resguardarse. Aún más, el poder sentirse mimado y querido en ambas direcciones.
Cuando estamos en compañía de un animal se produce un efecto relajante y coadyuvante para el desarrollo sensitivo y perceptual, se permite disminuir niveles de ansiedad, se contribuye al mejoramiento de la interacción con los demás, se permite mejorar el sistema inmunológico, se apoya a la disminución del dolor, se estimula la actividad física y psicológica, se generan nuevas acciones cotidianas y se apoya el proceso directo de los ritmos de aprendizaje. Entre otros beneficios que quedan guardados en la mente de aquellos que conviven con animales.
Pero profundicemos un poco más, en nuestras comunidades urbanas conviven con nosotros, animales “domésticos”, los cuales han sido con el tiempo “adecuados” para satisfacer necesidades propias. Los que más se han amoldado al mundo humano son los perros y los gatos, pues tienen la capacidad de desplazamiento terrestre, resguardo y han entendido la dinámica de protección, afecto y seguridad alimentaria. En otro aparte, están los equinos, que han ayudado a recorrer el mundo en el afán de conquista del humano. Pero esto es tema de otro artículo.
Un animal en casa, genera muchas emociones y pensamientos, para algunos es el mejor receptor de conversaciones, es el mejor acompañante para palear la soledad, es el mejor “colchón emocional” porque puedes hablarle, consentirle, expresarle y él responde con comunicación gestual, y a veces verbal (dentro de su escala de sonidos), y tu crees que te ha entendido. Es el mejor agradecido por lo que le brindas, porque siempre tiene una respuesta positiva. Es el mejor comunicador de socialización porque permite a los humanos desconocidos establecer conversaciones sobre el, su raza, su edad, su nombre. Ósea que permite permeabilizar ese mundo prevenido social, en un mundo de interacción humano social. Es el que provoca salir a caminar y pasear, el que te incita con la mirada a entender la fragilidad de la vida, pero a la vez, te cuida, te protege y te acompaña.
Un animal en casa, te ayuda a construir pensamiento afectivo, relacional y de convivencia.
Si vas a recibir un animal en casa, debes saber para qué es, cuál es la función que va a tener, cuál es el rol que va cumplir dentro de la familia, porque si es por tenerlo, es mejor no recibirlo, la vas a pasar mal, y vas a tener que desprenderte como lo haces cotidianamente de las cosas materiales, y un animal es un ser vivo, un ser sintiente, que comprende (en su propia capacidad cognitiva) y acepta tus condiciones para convivir juntos.
Cuando estás sentado y tu animal está a tu lado, solo entiendes que en el mundo, llevamos años y años históricamente siendo compañeros de vida.
Para terminar recuerda que:
Un animal es una fuente inagotable de compañía y afecto.
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