XVIII Juegos Deportivos Nacionales y V Juegos Internacionales para Adultos Mayores, un reencuentro con la vida cimentando la amistad

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XVIII Juegos Deportivos Nacionales y V Juegos Internacionales para Adultos Mayores, un reencuentro con la vida cimentando la amistad

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“La vejez no es un lugar para cobardes”, esta frase mencionada por la ya fallecida actriz norteamericana Bette Davis considerada como uno de los hitos cinematográficos, toma vida en los XVIII Juegos Deportivos Nacionales y V Juegos Internacionales para Adultos Mayores, donde todos los participantes dan prueba de esto a cada minuto.
Una semana cálida y de entorno familiar se vivió entre el 27 al 31 de agosto, donde la Caja de Compensación Familiar de Caldas Confa, dispuso una vez más de sus centros recreacionales La Rochela y Santágueda para llevar a cabo los Juegos para Adultos Mayores, contando con una inauguración muy colorida, donde el baile, el canto y el café, fueron los anfitriones de una bienvenida con sabor a Caldas y aroma a eje cafetero.
En las 16 disciplinas que se pusieron a prueba, la diversión y el descanso marcaron la esencia de los Juegos, dejando como secundario la competencia y el afán por ganar medallas, dando así mayor valor a noches de integración, donde varias delegaciones regalaron una muestra cultural de su región, brindando bellos bailes, rimas y poemas, además de compartir experiencias saludables, como lo hizo la delegación internacional mexicana Iberoamérica en Movimiento, con su conversatorio Experiencias exitosas INAPAM México.
Finalizando el tercer y último día de competencias, se vivió una noche de los años 70, 80 y 90, donde los 867 deportistas entre las 29 delegaciones se sintieron llenos de vida y demostraron que los años solo son un número, y las arrugas y el cabello gris son el registro de las gratas aventuras que se han vivido.
Al final de la semana se otorgaron un total de 642 medallas entre oro, plata y bronce, y los felices ganadores por la emoción de ser merecedores de este reconocimiento, juntaban sus manos y las levantaban con todas sus fuerzas, dando una muestra de valor que solo aplausos merecía.